mirarte, comerte, devorarte!
Hay veces en que las palabras me matan, otras me hieren y algunas veces solo me abofetean..
Coleccionando soledades, y comiendo mis palabras, me mantengo en pie... ¿Entonces? ¿Qué sigue?.
Necesito salir de aquí y contarte todos mis secretillos, decirte qué ya sólo eres un recuerdo y reírme de mi expresión, de mi naturaleza estupida...
Omitiré tus ojos y tus palabras, a veces me siento pequeña, otras veces me siento grande.
Algunas veces te extraño, otras sólo pienso en porque te fuiste.
Hay veces que sólo pienso en mi, tu y ellos, otras simplemente no pienso en nada.
Me quitaría el cerebro si pudiese... para así poder ver que hay en su interior, desenredarlo y olvidar algunas cosas, quitarle todas las telarañas y escuchar sus escandalosos gritos.
“Nos faltan experiencias” me dijiste un día, desde ese día todo se acabo. Apenas ahora me di cuenta.
Hoy que me confesaste tus pesares, quise gritarte que huyeras, pero te dolía demasiado... luego miré las palabras y supe que nada debía hacer, que debía retroceder.
Tus chistes son tan malos que a veces me provoca mentirte un poco y volver a la burbuja, que me eleve hasta el cielo, hasta las nubes.
Me mostraste tu corazón, estaba latiente y sangrante.. Quisé sonreír pero mi cerebro lo impidió. Te leeré de nuevo.
28 de mayo del 2010 Palabras..
Coleccionando soledades, y comiendo mis palabras, me mantengo en pie... ¿Entonces? ¿Qué sigue?.
Necesito salir de aquí y contarte todos mis secretillos, decirte qué ya sólo eres un recuerdo y reírme de mi expresión, de mi naturaleza estupida...
Omitiré tus ojos y tus palabras, a veces me siento pequeña, otras veces me siento grande.
Algunas veces te extraño, otras sólo pienso en porque te fuiste.
Hay veces que sólo pienso en mi, tu y ellos, otras simplemente no pienso en nada.
Me quitaría el cerebro si pudiese... para así poder ver que hay en su interior, desenredarlo y olvidar algunas cosas, quitarle todas las telarañas y escuchar sus escandalosos gritos.
“Nos faltan experiencias” me dijiste un día, desde ese día todo se acabo. Apenas ahora me di cuenta.
Hoy que me confesaste tus pesares, quise gritarte que huyeras, pero te dolía demasiado... luego miré las palabras y supe que nada debía hacer, que debía retroceder.
Tus chistes son tan malos que a veces me provoca mentirte un poco y volver a la burbuja, que me eleve hasta el cielo, hasta las nubes.
Me mostraste tu corazón, estaba latiente y sangrante.. Quisé sonreír pero mi cerebro lo impidió. Te leeré de nuevo.
28 de mayo del 2010 Palabras..