En pleno invierno, escaceaba la comida y pronto uno de sus hermanos, enfermó de neumonía y murió poco después. El otro hermano se fue de casa, dejándo detrás a su familia. El invierno cada vez se hacía más crudo y cruel.
Su padre salía en busca de comida y un día ya no regresó.
Pasaron los días y jamás volvió.
Pasaron los días y jamás volvió.
Bayne sólo miraba por su ventana viendo pasar los días, las horas, en la soledad de su casa, pensando en la fortuna que habrá tenido su padre allá afuera, en la suerte que ahora le depararía a ella.
Al anochecer de uno de esos largos días se fue a dormir a su habitación muy triste por la soledad, durmió un poco, despertó y ahí estaba otra vez... ahora lo pudo ver con claridad, estaba dentro de su casa observando todo al rededor, el extraño ser se sentó junto a la chimenea para calentarce un poco, quitándose la nieve que cubría su vestimenta. Bayne salió de su habitación descalza para no hacer ruido alguno, se miraron... ella se acercó y él se hecho para atrás tirando un buro, no hablaron, él salió...
No hay comentarios:
Publicar un comentario