Ese día volvió mi incierta fobia a los camiones. Llegué agitada al salón... y saliste, te asuste, sólo quería abrazar a alguién, pero decidí hacerme la fuerte, no era posible que mi patética fobia volviera.
Ese día estaba mareanda y asqueada, el vagido provocó qué mi miedo se volviera insoportable, me temblaban las piernas y al tomar el bote pude percibir el temblor de mi mano, así qué lo devolví a su dueño, algo apenada al ver que pudieron darse cuenta de la temblorina de mi mano.
Ese día estaba mareanda y asqueada, el vagido provocó qué mi miedo se volviera insoportable, me temblaban las piernas y al tomar el bote pude percibir el temblor de mi mano, así qué lo devolví a su dueño, algo apenada al ver que pudieron darse cuenta de la temblorina de mi mano.
Olvidé la traducción de nuestro trabajo de inglés. Toda la mañana me la pasé exprimiendo mi cerebro con geometría, (aghh, cómo aborresco geometría, aunqe nuestro profesor es agradable) ... tuve problemas ese día, la maestra se avergonzó de nuestro trabajo sutilmente improvisado ... pero no me importó mucho, estaba demasiado atareada con el trabajo de geometría ... tanto que ni siquera me permitía un tiempo para ir al baño, mi trabajo era sumamente deficiente y lo sabía ... y era lo qué más me ponía nerviosa, toda la mañana para nada, estaba molesta con mi computadora, justamente ese día se tenia que poner roñosa ...
En toda la hora no llegó mi turno, así qué no fue tan malo pude corregirlo para el siguiente día, me estresé para nada.
Hoy ya pasada una semana de ese suceso, me detuve en la calle a tomar una foto, el cielo estaba despejado, ni una nube había en el cielo y ciertamente hacía un calor sofocante que no me permitía abrir los ojos con naturalidad. Tomé la foto pero no la vi y aún no la veo... pero no tengo curiosidad, eh sido muy pasiva estos días... y está bien, pude imaginar su rostro enfadado diciéndome improperios trás su monitor, mirando mis escritos y diciéndome madres y medias, sonrreí con malicia al leer algo que escribió recientemente, no quise gastar el tiempo respondiendo a provocaciones tontas, y entonces pensé en cosas más agradables, los días pasaban y ya hacía más frío, necesitaba un día de frío para poder pensar con la brisa y hablar en el aire para que las palabras salieran huyendo lejos, allá donde las incoherencias son felices... tiene cierta razón ... que saben ellos de mis sentimientos.
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