Esas sonrisas incoherentes, una sonrisa, una sonrisa es la mejor forma de desconcertarme, de aliviarme.
Camino a diario, por el sol, por la luna, por las sombras y todo aquello que sea fluorescente ante mis ojos, sentir en los pies esa alegria.
Esas pretensiones que me hacen reír, y a la vez envidiar la libertad y el descaro... mi cerebro aún encarcela emociones.
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