Tienes razón, la inconformidad es un mal estado...
antenoche corrí como desquiciada por el pasillo de la casa, estaba oscuro y hacía frío. Mi corazón se detenía, mis pies me parecían pesadas piedras, cada paso dado pesaban más, y más... el cerebro ni se diga, palpitaba cómo si quisiera estallar. Sólo quiero escapar de las sombras qué detienen mi camino, sólo quiero que deje de doler esta herida uterina qué de vez en vez, me hace torcer y vomitar... espero mayo para dejarnos atrás...
no en este viaje.
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