miércoles, 3 de febrero de 2010

La vida de una burbuja y el mal uso del corazón

Vuela, gira, flota.. Se eleva! Esperando el momento de su fugaz alegría, un momento utópico y maravilloso. Enamorarse, vivir, procrear, crear, llorar, morir.
Desvivirse por sentir por lo menos una vez la pasión de la vida, la desdicha de un corazón roto, un amor imposible y emocionante, por una brisa de aire, por un rayo de sol.
Se esmeran tanto las mortales burbujas qué ni siquiera pueden ver pasar los momentos felices, los momentos audaces y la dicha de una nueva mañana.
Se esfuerzan tanto por imaginar momentos perfectos qué se niegan a vivir la vida tal y como es: ¡imperfecta!
Nunca es suficiente para ellas, a las burbujas les gusta idealizar, etiquetar, juzgar, nombrar cosas que por naturaleza no tienen nombre
Hasta que el momento de reventar esta cerca pueden comprender el sentido de su vida y que su estadía en el hotel de los sueños era transitorio, que el final esta cerca, sin tiempo de hacer cosas pendientes, escuchar al viento cantar o dejar a la lluvia mojar su cuerpo. Así de fácil, la vida se acaba, el tiempo es corto y las burbujas se la pasan pensando mucho …
Un estado transitorio, para después poder llegar a una vida eterna o tal vez nada pase después … Cierta fascinación, pocas opciones y un dulce seductor que nos llama…

¿Quién sabe lo que hay al otro lado?
















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