domingo, 20 de noviembre de 2011

La solitaria agonia. Lo rojo del cielo, el lugar donde encuentro a estos seres está repleto, no cabe ni mi alma. Pesa aunque es ligera y espontanea, tan tenue como la niebla.

No sueño por las noches, imagino qué es por la ausencia. Son solo pequeños momentos de lucides, después me encuentro otra vez sumerjida, ahogada en aguas grises, aguas pesadas y extrañas, macabras. 
Me da miedo sentir que te acercas, me da miedo que me sumerjas, me haces sentir pesada eh inoportuna. Inmundicias en los ojos, el cerebro pesado como una piedra, no puedes mas que consevir piedad en tus procesos mentales, piedad para ti mismo, piedad para mi, piedad para las creencias... no te pido piedad, yo no te pido nada. 

sólo necesito dormir, nada bueno surge de mi cerebro agotado. 


martes, 8 de noviembre de 2011

creo que estamos muertos, creo que estamos dormidos...
sus ojos parecen tan brillantes, aunque mira de lejos, puedo ver luz en sus pupilas,


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viernes, 4 de noviembre de 2011

El trueno silencioso.

Podía ver como el pecho se inflaba al unisono del trueno, en su mente cosas bellas, maravillosas, pero bajo esas delicias había un infierno esperando la calma. 

El miedo era evidente, sus ojos dolientes se quebraban en lagrimas espesas, que no dejaban mirar, mucho menos ver...
La piel comenzaba a hincharse a la velocidad del tiempo, el dolor de las almas y el asco que provocan los cuerpos, la suciedad corre por sus dedos, manos, ojos, boca, su lengua...

Quiero vivir en la ciudad de las palomas, comer lo que comen, sentir lo que sienten. 
Olvidar los viejos amores, los que fueron y los que nunca serán, sus ojos, ojos que me gusta mirar por la melancolía que desprenden cuando el cielo está gris.
Ahora el curso de mi globo cambio, ahora el viento me da en la nuca, dejándome un vacío en el pecho, que tan frivolamente trate de rellenar con flores y yerbas, pero ahora tengo lodo entre las uñas... 

ironía...