viernes, 27 de febrero de 2015

Nada

Nada, no tengo nada, no soy nada, y se siente tan bien.
Soy un despojo, una cara sin maquillaje, una lista de nombres y recuerdos, un monstruo apasionado.
Las mañanas frías que me erizan la piel son tan fieles como yo. Me hieren, me exaltan.
Estamos solos con nuestras sensaciones, perdidos y olvidados.

Nada, en la nada, los cuerpos en la nada... el tiempo se detiene. La hora de la nada, un punto entre el principio y  el final. 


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