Una luz destellante enciende su rostro, el maquillaje plateado hace que sus ojos parezcan reflectores hermosos de luz artificial. Su rostro es ahora tan inflamante por productos químicos que el sol podría encenderlo, creando asi un magnifico efecto a su amada. Pero en vez de eso se deja amar, bañarse en sus rayos dorados y sentir así el calor de su amado; soberbia y altiva como toda una señorita de sociedad, se pasea por las calles, no sabiendo qué es una más a la que su amado toca.
Eternamente enamorada, ocultando su desdicha, enseñando su malicia.
Eternamente enamorada, ocultando su desdicha, enseñando su malicia.